La senadora Silvina García Larraburu, se refirió al proyecto que busca legalizar el aborto y señaló: “Este es un debate que ha nacido viciado y hemos sido enredados en una batalla para servir a tácticas de coyuntura. El Duranbarbismo, con el cinismo que lo caracteriza, ha generado una fenomenal cortina de humo en un momento inadeucado. Ninguna de las contiendas dialécticas que han hecho época y que han dado lugar a grandes cambios, nacieron de propósitos miserables”.

“Nuestro presidente, con su actitud, nunca será el estadista que inició un sendero de empoderamiento o de reconocimiento de derechos de las mujeres, porque en realidad su gobierno recorta los presupuestos fundamentales de la gestión en materia de derechos y subejecuta el presupuesto de salud en el tema que nos atañe”.

“Las estadísticas nos muestran que el problema hoy es el acceso a la Salud y la necesidad de remediar un sistema que no tiene: ecógrafos, bancos de sangre, gasas, medicamentos apropiados y en muchos casos ni médicos” indicó.

Y agregó que: “El aborto es una tragedia, en la que dos personas pagan las consecuencias de un Estado inoperante en materia de Salud, Educación y Promoción”.

“No hay atención primaria sanitaria en los sectores más vulnerables, sin embargo, las mujeres embarazadas de estos sectores llevan sus embarazos a término. En este sentido, quiero parafrasear a un cura tercermundista de mi provincia que decía -las mujeres pobres, en su mayoría, tienen a sus hijos porque es la forma de trascender-“, relató.

“No voy a prescindir de mis convicciones, las convicciones no se negocian. Son ellas las que me han permitido recorrer el camino de la política con la frente en alto, sabiendo que no siempre está en mis manos la posibilidad de trasformar la realidad o de resolver todos los problemas, pero sí con la profunda vocación de dar lo mejor de mí cada día, en pos de los más necesitados”.

Concluyó diciendo que: “Para alcanzar una Patria Justa Libre y Soberana, debemos realizar una construcción en la que se respete al que piensa distinto y podamos trabajar abrazados en la diversidad. Sin Violencia, porque la violencia nunca fue ni será el camino. Nosotros tenemos la responsabilidad moral e histórica de mejorar el legado de nuestros próceres. Un horizonte de grandeza no se edifica prescindiendo del rol fundamental de la familia, ni tampoco ignorando la posición esencial que ocupa la mujer en la construcción de una Nación. En este debate no hay vencedores ni vencidos, solo el triunfo de la democracia”.